domingo, 7 de julio de 2013

ESTA BÚSQUEDA A LA QUE LLAMAMOS FICAIJ…


Hoy decidimos reflexionar sobre aquellos inolvidables días del pasado mes de mayo de 2013, por las huellas que dejaron en nosotros; por todas las emocionantes horas y los maravillosos recuerdos que quedarán para siempre en nuestras mentes y corazones; recuerdos vivos entre los organizadores del FICAIJ, entre invitados, jurados, ponentes, aliados, asistentes y participantes del Festival; sonrisas, pasos, estilos, miradas, besos y abrazos que no se fueron, que se quedaron en nuestra Ciudad, entre nosotros y hoy nos ayudan a seguir.
 

Entre el 19 y 24 de mayo, Mérida, Venezuela, se convirtió en epicentro de importantes encuentros, se convirtió en un espacio abierto para el ejercicio del diálogo, para el reconocimiento entre miradas distintas que convergían en un lugar, a una hora, para una cita, para escucharse y aprender a respetarse, se convirtió en un espacio educomunicativo, y más allá de eso, en vida.


 

FICAIJ dijo “presente” en la Ciudad, la vistió de gala con la presencia de miles de niños, jóvenes y adultos que llenaron durante 5 días las salas del Multicine Las Tapias. Las emociones se hicieron presentes gracias a la programación y actividades ofrecidas; las sonrisas, las lágrimas, la alegría, supieron presentarse cada día del Festival, a cada hora, a cada minuto. Mérida tembló con los cientos y miles de pies que decididos se movían a la sede del Festival. Y el FICAIJ se convirtió en un ser, en un ente, que nos envolvía a todos, que nos hacía reír o llorar, que nos hacía impresionar, cantar, bailar, comer. FICAIJ nos hacía regresar a esos días hermosos de nuestra infancia, decía Yluhibeth Ortiz, directora del Festival de Cine y Vídeo en secuencia de Maturín, acerca de su experiencia entre nosotros. 

 
Estábamos apostando por la generación de nuevas audiencias, por la difusión de cine y audiovisual diverso, hecho por o para niños y jóvenes. Apostamos por el reconocimiento de la cultura del otro a través de su narrativa, de lo que nos cuenta, de cómo nos lo cuenta. Apostamos por acercar a niños, jóvenes y adultos a un audiovisual al que de otra forma no tendrían acceso. Y todos ellos respondieron con su presencia inigualable, sus energías particulares, únicas y magníficas. Y “¡Viva el Cine! ¡Vivan nuestras historias!” se hizo el lema, el grito, la voz conclusiva de varios de los encuentros y la clausura del Festival. La Fundación del Niño del Estado Mérida puso su grano de arena: convocó a los más chiquiticos que alegraban el día a todos con su especial marcha, tomados de la mano, en parejitas, para ver los cortos o largos que ofrecía el FICAIJ. A más de uno supieron sacar una sonrisa.
 

Carmen Valencia, miembro organizador del Festival, había hecho una importante labor semanas antes. Era la vocera y quien convocaba con voz nada tímida y valiente a las más de 20 Instituciones Educativas públicas del Estado Mérida. Más de 10 y otros Colegios se sumarían por su propia cuenta al Festival o para los estrenos de los cortos producidos meses antes a través del programa titulado “FICAIJ va a niños y jóvenes”. Entre algunas de ellas: C.E. Eleazar López Contreras; E.E. Ramón Reinoso Núñez; E.E. Marcolina de  Lamus; E.E. Josefa Molina de Duque; E.E. Eloy Chalbaut Cardona; E.E. Simón Rodríguez; E.B.E. Miguel de Cervantes y Saavedra; E.E. Hipólito Elías González; E.E.B. Juan XXIII; E.E. Juan de Arcos; E.E. José María Velaz; E.E. 15 de Enero; E.E. Cecilio Acosta; C.E. Emiro Fuenmayor; E.B.E. Santiago Hernández Milanés; E.E. 5 de Julio; E.E. San Buenaventura; E.E. Ramón Amador Fonseca; E.E. La Vega de San Antonio; C.E. Eleazar López Contreras (Liceo); C.E. Emiro Fuenmayor (Liceo); Liceo Ezequiel Zamora; Liceo Bolivariano Ejido; E.B. Vicente Dávila; Liceo Bolivariano Estado Portuguesa y la Sala Cinemateca de Tabay.


Nos acompañaron también representantes de Argentina, Brasil, Suráfrica y Cuba. Viajaron desde muy lejos interesados en conocer  lo que se está generando en Mérida  a través del FICAIJ. De Cuba recordaremos con especial respeto y cariño a nuestro gran amigo y hermano Pablo Ramos, conocido por nuestros niños y jóvenes como “Papá Pitufo”, a quien preferimos recordar por siempre por su amable sonrisa, y por su empeño en la redacción, en el marco del Festival, del llamado “Manifiesto de Mérida”. ¡Gracias Pablo, gracias! Pablo desapareció físicamente el día viernes 24 de mayo, en horas de la noche, en la Ciudad de Mérida. Pero nos ha dejado su sonrisa, su espíritu.  
 

Miles son los nombres que deberíamos mencionar, seguramente cometeremos el error de dejar por fuera a varios, de antemano ofrecemos nuestras sinceras disculpas. Pero quisiéramos mencionar antes a las delegaciones representantes de otras ciudades de Venezuela en el III FICAIJ. Estas son: Maracaibo, Mene Grande, Ciudad Bolívar, Caracas, Barcelona, Maturín, Valencia, y por Valera, Gabriel Méndez, joven de 16 años, ganador del concurso “FICAIJ busca a Camarín”.

 

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